El FBI llamó a la colaboración ciudadana.
La investigación por el asesinato del activista conservador Charlie Kirk en Utah dio un nuevo giro. El FBI y el Departamento de Seguridad Pública de Utah (UDPS, por sus siglas en inglés) revelaron imágenes de un “individuo de interés” y ofrecieron una recompensa de 100.000 dólares a quien aporte información que permita identificarlo.
Beau Mason, comisionado del UDPS, detalló que el sospechoso parece ser un hombre joven, en edad universitaria, y que su recorrido fue captado por cámaras de seguridad internas. Según la reconstrucción oficial, entró al campus de la Universidad del Valle de Utah, subió por las escaleras, cruzó hasta el techo y desde ahí abrió fuego con un rifle de cerrojo contra el auditorio donde Kirk respondía preguntas. Tras el ataque, huyó saltando desde el edificio hacia un vecindario cercano. El arma fue localizada horas después en un área boscosa próxima al campus.
Las autoridades han revisado videos de seguridad en la zona para rastrear su escape. “Estamos trabajando con tecnologías para lograr identificar a esta persona”, aseguró Mason, quien subrayó que todavía no hay arrestos. La frustración crece entre simpatizantes de Kirk, ya que dos individuos detenidos en las horas posteriores al tiroteo fueron liberados al descartarse su implicación.
Las fotografías difundidas por el FBI en Salt Lake City muestran a un hombre con gafas de sol negras, gorra de béisbol, camisa de manga larga oscura y pantalones de mezclilla.
Aunque su rostro no es plenamente visible, se considera la pista más sólida hasta ahora en una investigación que mantiene en vilo a la derecha estadounidense.
El asesinato de Kirk, ocurrido el 10 de septiembre, ha sido descrito por la administración Trump como un acto de “terror político”. El propio expresidente anunció que le concederá póstumamente la Medalla Presidencial de la Libertad, subrayando la carga simbólica de un crimen que ya empieza a moldear el discurso electoral.
Mientras tanto, la búsqueda del tirador continúa. El FBI llamó a la colaboración ciudadana y advirtió que, aunque la investigación avanza, el principal sospechoso sigue prófugo. Cada hora que pasa sin respuestas aumenta la presión sobre las autoridades y eleva la tensión política en un país donde las armas, la retórica incendiaria y la polarización se han convertido en un cóctel recurrente de violencia.



