Los abogados de las víctimas denuncian que la empresa lleva años anteponiendo ganancias a la seguridad pública.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó esta semana dos demandas contra Southern California Edison (SCE, por sus siglas en inglés), responsabilizando a la compañía eléctrica de haber provocado dos incendios devastadores: el Eaton Fire, que arrasó Los Ángeles en enero pasado, y el Fairview Fire, registrado en 2022 en Hemet. Ambos siniestros dejaron un saldo trágico: 21 muertos, miles de viviendas destruidas y decenas de miles de acres de bosque nacional reducidos a cenizas.
Según la acusación federal, los incendios no fueron producto del azar, sino de una “patrón preocupante de negligencia” por parte de la empresa. “Los contribuyentes no deberían pagar por los errores de Edison”, declaró el fiscal interino Bill Essayli, al anunciar que se reclaman decenas de millones de dólares en compensaciones por costos de extinción, rehabilitación ambiental y reconstrucción de infraestructura pública.
El 7 de enero de 2025, un fallo en las líneas de transmisión de SCE habría originado el fuego en el Cañón Eaton, dentro del Bosque Nacional de los Ángeles. Las llamas consumieron casi 8.000 acres de áreas protegidas, clausuraron senderos y campamentos, contaminaron fuentes de agua y destruyeron más de 10.000 estructuras. Dieciocho personas murieron.
Documentos oficiales señalan que la empresa había reportado un “fallo” en su red justo en el momento en que inició el siniestro, sin que hubiera evidencia de otra posible causa. El gobierno calcula los daños en más de 40 millones de dólares.
El antecedente del Fairview Fire
El caso no es aislado. En septiembre de 2022, otra línea de Edison en mal estado habría provocado el incendio Fairview en Hemet, que arrasó 14.000 acres, acabó con la vida de dos personas y destruyó el histórico Red Mountain Lookout, clave para detectar incendios en la zona. El Departamento de Justicia reclama cerca de 37 millones de dólares adicionales por este desastre.
La defensa de la compañía
Edison, que ya enfrenta demandas de particulares y programas de compensación a víctimas, respondió con cautela: “Estamos revisando estas acusaciones y responderemos por los canales legales correspondientes. Continuamos trabajando para reducir el riesgo de que nuestro equipo inicie incendios”, declaró una portavoz.
Sin embargo, la presión se intensifica. Tras el Eaton Fire, la compañía modificó sus protocolos de seguridad en torres de transmisión, un reconocimiento implícito de fallas en su operación. Abogados de víctimas denuncian que la empresa lleva años anteponiendo ganancias a la seguridad pública.
La batalla legal recién comienza. Al parecer, Edison no solo habría encendido las chispas que arrasaron California, sino que, con su negligencia, puso en riesgo a comunidades enteras.



