En sus primeros años, YouTube se vendía como una plataforma donde cualquiera podía ser escuchado.
A pocos meses de su 20º aniversario, YouTube sigue siendo un enigma. Aunque la plataforma parece transparente—con millones de videos al alcance de cualquier usuario—algunas preguntas básicas siguen sin respuesta. ¿Cuántos videos hay en YouTube? ¿Cuánto tiempo pasan las personas viéndolos? ¿Qué tipo de contenido predomina? Google, la empresa propietaria de YouTube, evita dar cifras concretas.
Pero un equipo de investigadores en Estados Unidos ha encontrado la forma de acceder a estos datos sin necesidad de la colaboración de Google. Mediante un método poco convencional, han descubierto información que la compañía prefiere mantener en la sombra.
Un algoritmo “borracho” que revela la verdad
El problema con YouTube es que no hay manera de obtener una muestra verdaderamente aleatoria de los videos que existen en la plataforma. Las opciones son buscar manualmente o depender de las recomendaciones del algoritmo, lo que sesga cualquier estudio serio.
Ante este obstáculo, el equipo liderado por Ethan Zuckerman, de la Universidad de Massachusetts Amherst, diseñó un “scraper”, un programa que genera direcciones de videos al azar y verifica cuáles existen realmente. Es como si un adolescente con exceso de confianza marcara números aleatorios en un teléfono esperando que alguien le conteste.
El proceso no es fácil. YouTube tiene 18.6 quintillones de posibles direcciones de video, por lo que se necesitaron billones de intentos para obtener una muestra significativa. Tras meses de pruebas, lograron reunir una base de datos lo suficientemente amplia para sacar conclusiones sobre la plataforma.
Lo que encontraron: la realidad oculta de YouTube
Uno de los primeros descubrimientos sorprendió a muchos. En 2022, los investigadores calcularon que YouTube albergaba más de 9,000 millones de videos. Para mediados de 2024, la cifra había aumentado a 14,800 millones, un crecimiento del 60% en solo dos años.
Pero más allá de la cantidad de videos, los hallazgos cuestionan la imagen que YouTube proyecta sobre sí mismo. Aunque la plataforma está dominada por creadores de contenido famosos y producciones profesionales, la realidad es muy diferente:
- Solo el 0.21% de los videos contienen publicidad o algún tipo de monetización.
- Menos del 4% invitan a los espectadores a “dar like, comentar o suscribirse”.
- Más de la mitad de los videos tienen tomas inestables y sonido de mala calidad.
- El video promedio dura solo 64 segundos, y más de un tercio dura menos de 33 segundos.
- El 74% de los videos no tienen comentarios, y el 89% no tienen “likes”.
- El 4% de los videos nunca ha sido visto por nadie.
Estos datos destruyen la narrativa de YouTube como un espacio de grandes creadores y audiencias masivas. La mayoría de los videos son ignorados, mientras que los pocos que logran destacar concentran una cantidad desproporcionada de visitas.
Por qué Google no quiere que sepas esto
En sus primeros años, YouTube se vendía como una plataforma donde cualquiera podía ser escuchado. Su eslogan era “Broadcast Yourself” (“transmite tú mismo”). Pero en su informe anual de 2025, el CEO de YouTube, Neal Mohan, dejó claro que la empresa ya no ve la plataforma de esa manera. En lugar de hablar de acceso abierto, Mohan enfatizó cómo “YouTube es la nueva televisión” y cómo los youtubers exitosos “son las nuevas startups de Hollywood”.
Este cambio de discurso es intencional. Según el investigador Ryan McGrady, del equipo de Zuckerman, YouTube ya no quiere ser visto como una herramienta de expresión personal, sino como una industria del entretenimiento. Sin embargo, el estudio demuestra que YouTube no es solo un espacio de creadores famosos, sino un servicio esencial.
Millones de personas suben videos por razones muy distintas a la fama o el dinero. Gobiernos locales transmiten reuniones públicas, profesores comparten clases, y usuarios comunes almacenan recuerdos personales. McGrady argumenta que, dado el papel de YouTube como infraestructura digital esencial, debería ser regulado como tal.
¿Hacia más transparencia o más secretos?
Google enfrenta una creciente presión regulatoria en todo el mundo. La empresa ha sido demandada varias vecespor prácticas monopólicas, pero YouTube ha logrado esquivar el mismo nivel de escrutinio que otras redes sociales como Facebook o X (antes Twitter).
Paul Barrett, del Centro Stern de la Universidad de Nueva York, cree que esto se debe a que Google ha adoptado una estrategia de bajo perfil. Mientras Mark Zuckerberg y Elon Musk constantemente protagonizan polémicas, Google ha evitado la controversia simplemente guardando silencio.
“Google no quiere que la gente sepa cuán grande es YouTube en realidad, cuántos usuarios tiene, ni cuánto poder ejerce sobre la información global”, explica Barrett. “Eso les permite operar con menos restricciones y sin la misma presión pública que enfrentan otras plataformas”.
Para investigadores como Zuckerman, la meta no es solo revelar estadísticas ocultas, sino presionar por mayor transparencia en el ecosistema digital. Para entender cómo funciona realmente YouTube no solo es importante para académicos, sino para la sociedad en su conjunto.
“Si YouTube tiene tanta influencia como creemos”, dice Barrett, “entonces la pregunta es:
¿Qué más está ocultando Google?”



