El Senado de EE.UU. se prepara para debatir paquete presupuestario republicano que apunta a consolidar la agenda de Trump

El ambicioso plan presupuestario impulsado por los republicanos, conocido como One Big, Beautiful Bill Act, avanza hacia el Senado tras haber sido aprobado en la Cámara de Representantes por un estrecho margen (215-214-1) el pasado 22 de mayo. El proyecto busca consolidar varias de las promesas clave del presidente Donald Trump, pero enfrenta obstáculos considerables en su camino legislativo.

El paquete contempla la extensión de los recortes fiscales de 2017, un aumento significativo del gasto en defensa ($150 mil millones) y en seguridad fronteriza ($175 mil millones), además de incrementar la deducción estándar a $16,000 para personas individuales y $32,000 para parejas hasta 2028. También propone un crédito tributario por hijos de $2,500. Sin embargo, medidas como el endurecimiento de los requisitos para acceder a Medicaid y SNAP, así como la eliminación de créditos fiscales a energías limpias, han generado fuertes críticas tanto dentro como fuera del partido.

El líder de la mayoría en el Senado, John Thune (R-S.D.), ha señalado su intención de preservar en gran parte el texto aprobado por la Cámara, pese a las presiones para modificar aspectos como la deducción de impuestos estatales (SALT), que subiría a $40,000. Las negociaciones en torno a los puntos más controvertidos serán lideradas por el senador Mike Crapo (R-Idaho), presidente del Comité de Finanzas.

Entre las voces críticas dentro del propio partido, el senador Josh Hawley (R-Mo.) ha propuesto elevar el crédito tributario por hijos a $5,000 y rechaza los recortes profundos a Medicaid, advirtiendo que afectaría a más de un millón de personas en su estado. Por otro lado, senadores como Ron Johnson (R-Wis.), Rand Paul (R-Ky.) y Mike Lee (R-Utah) han expresado preocupación por el incremento proyectado de la deuda pública, que según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) podría oscilar entre $2.6 y $5.7 billones en la próxima década.

Las senadoras moderadas Susan Collins (R-Maine) y Lisa Murkowski (R-Alaska) también han manifestado reservas respecto a los recortes sociales y la supresión de incentivos verdes, elementos que podrían inclinar su voto.

Las próximas semanas prometen negociaciones intensas que pondrán a prueba la unidad republicana y definirán el futuro de la agenda legislativa conservadora.

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