El Instituto de Salud de la Mujer detuvo en 2002 una investigación por temor a mayores riesgos de cáncer y accidentes cerebrovasculares.
En 2002, el Instituto de Salud de la Mujer detuvo de forma anticipada un estudio clínico sobre terapia hormonal al identificar posibles riesgos aumentados de cáncer y accidentes cerebrovasculares. Esta decisión tuvo un impacto significativo en el uso de estas terapias, generando precaución tanto entre profesionales médicos como en la población general.
Actualmente, el comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Marty Makary, ha iniciado una revisión del enfoque regulatorio hacia la terapia hormonal para la menopausia. Según Makary, investigaciones más recientes indican que los riesgos podrían haber sido sobreestimados y que, en determinados contextos, los beneficios superan a los riesgos.
En declaraciones al pódcast The Conversation, Makary señaló que históricamente ha habido una falta de investigación específica sobre condiciones que afectan de manera particular a las mujeres. Destacó que uno de los objetivos de su gestión es actualizar la información y las advertencias médicas basándose en la evidencia científica más actual.
Entre sus propuestas está la posible eliminación de las advertencias de “caja negra”, la clasificación más estricta de la FDA, en ciertos tratamientos hormonales, argumentando que podrían estar desincentivando el uso adecuado de una opción terapéutica válida para muchas mujeres.
Para abordar este tema, la FDA convocó recientemente a un panel de expertos y abrió un periodo de consulta pública. Makary indicó que cualquier cambio será resultado de un proceso transparente, técnico y basado en datos, con la participación de especialistas y del público.
La revisión en curso refleja un esfuerzo por actualizar las políticas sanitarias a la luz de nueva evidencia científica y adaptar las recomendaciones médicas a las necesidades reales de los pacientes.



