Declive industrial: ¿Puede recuperarse la producción nacional en Estados Unidos?

A nivel global, el peso de EE.UU. en la manufactura mundial se ha mantenido estable (16%) desde 2011, pero lejos del 25% que tenía en 2002.

Durante décadas, diversas políticas públicas en Estados Unidos han complicado el desarrollo de sectores productivos clave como la manufactura, la minería, la agricultura, la energía y la construcción. Esto ha limitado la generación de empleos bien remunerados, ha elevado los costos para invertir en infraestructura industrial y ha incrementado la dependencia del país hacia naciones como China en la obtención de insumos esenciales.

Aunque la productividad industrial alcanzó un pico histórico en 2018, la presión regulatoria —especialmente bajo las administraciones pasadas recientemente— ha socavado el crecimiento. El costo de las regulaciones federales para los fabricantes se estimó en $12,800 por empleado en 2022, cifra que sube aún más para las pequeñas empresas. Esto desvía recursos clave que podrían invertirse en innovación, salarios o reducción de precios para los consumidores.

Sin embargo, el retroceso en el empleo manufacturero también tiene causas estructurales. Al igual que en la agricultura del siglo XX, la manufactura se ha vuelto mucho más eficiente, produciendo más con menos trabajadores. Aun así, este fenómeno no justifica que se penalice al sector productivo frente a otras industrias. Hoy, el empleo manufacturero representa solo el 8% del total nacional, muy lejos del 37% que tenía tras la Segunda Guerra Mundial.

También ha habido una migración interna de fábricas, desde estados con climas hostiles al negocio (como California y Nueva York) hacia lugares más favorables como Iowa o Mississippi. Esto revela cómo las políticas locales afectan directamente la geografía del empleo industrial.

A nivel global, el peso de EE.UU. en la manufactura mundial se ha mantenido estable (16%) desde 2011, pero lejos del 25% que tenía en 2002. Mientras tanto, China pasó del 3% al 44% entre 1990 y 2022. Y a pesar de que los salarios en manufactura son en promedio 13% más altos que en otros sectores, siguen siendo inferiores a los de industrias como tecnología, minería o finanzas. 

Mejorar el entorno fiscal, facilitar la inversión en infraestructura, revisar el marco regulatorio, modernizar las leyes laborales, y garantizar costos accesibles en energía y salud podría fortalecer la producción industrial en Estados Unidos En conjunto, estas líneas de acción apuntan a fortalecer la competitividad de los sectores productivos, incentivar la inversión y promover la creación de empleos bien remunerados.

El objetivo no debe ser que el gobierno elija a los ganadores económicos, sino garantizar que los productores no enfrenten restricciones innecesarias. Para que Estados Unidos mantenga su fortaleza económica y reduzca su dependencia de competidores extranjeros, es fundamental revisar las barreras regulatorias que podrían estar frenando el crecimiento industrial.

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