Desde que asumió la presidencia en octubre, Claudia Sheinbaum ha optado por una estrategia cuidadosa y pragmática en su relación con Estados Unidos.
Con Donald Trump nuevamente en la Casa Blanca y sus políticas comerciales afectando a México, la administración de Sheinbaum ha buscado responder con firmeza, pero sin caer en confrontaciones innecesarias. En lugar de adoptar un tono de conflicto, ha preferido un enfoque basado en la diplomacia y el cálculo estratégico.
El desafío más reciente ha sido la decisión de Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, sin excepciones. La respuesta del gobierno mexicano, a través del ministro de Economía, Marcelo Ebrard, ha sido señalar que la medida podría terminar perjudicando más a la economía estadounidense que a la mexicana, dado el superávit comercial de $6,900 millones de dólares que Estados Unidos mantiene en este sector.
Sheinbaum ha subrayado que el T-MEC ofrece mecanismos para impugnar la decisión y que su administración evaluará cuidadosamente sus opciones antes de la fecha límite del 12 de marzo. Hasta ahora, ha evitado una escalada inmediata, manteniendo su enfoque de cautela y estrategia.
Una estrategia distinta en América Latina
El manejo de la relación con Trump por parte de México contrasta con otras experiencias en la región. Recientemente, Colombia enfrentó tensiones cuando el presidente Gustavo Petro bloqueó el ingreso de aviones con migrantes deportados, lo que provocó una fuerte respuesta de Estados Unidos. En cuestión de horas, Colombia tuvo que dar marcha atrás.
Sheinbaum, en cambio, ha optado por un tono más moderado y diplomático. Cuando Trump propuso cambiar el nombre del Golfo de México o endureció su postura sobre los cárteles, la presidenta mexicana respondió con argumentos y datos en lugar de declaraciones incendiarias. Más recientemente, ante acusaciones de que México “protege” a grupos criminales, su gobierno ha redirigido la conversación hacia la necesidad de mayor control sobre el tráfico de armas desde Estados Unidos.
Negociaciones sin concesiones precipitadas
La administración de Sheinbaum también ha buscado defender los intereses de México en la mesa de negociación sin hacer concesiones apresuradas. Cuando Trump amenazó con imponer aranceles del 25% a todas las importaciones mexicanas, el gobierno logró un periodo de negociación sin comprometerse a cambios significativos.
Al mismo tiempo, México ha insistido en la necesidad de cooperación bilateral para frenar el tráfico de armas hacia territorio mexicano, un tema que ha estado en la agenda de seguridad durante años.
Un enfoque pragmático para el futuro
El sector empresarial, incluyendo figuras como Carlos Slim, ha respaldado la estrategia de Sheinbaum, destacando su manejo de la relación con Estados Unidos como prudente y bien calculado. Líderes internacionales, como el canciller alemán Olaf Scholz, también han reconocido su capacidad para gestionar tensiones sin perder de vista los intereses nacionales.
Sin embargo, con un escenario global complejo y una administración estadounidense con políticas impredecibles, México enfrentará nuevos desafíos en su relación con su principal socio comercial. La administración de Sheinbaum continuará buscando un equilibrio entre la defensa de los intereses nacionales y el mantenimiento de una relación estable con Washington.



