Diversos grupos de activismo se articulan en torno a nuevas causas y escenarios, adaptándose a las crisis que marcan la agenda pública.
Las banderas cambian, pero el libreto es el mismo: agitar las calles, capitalizar el caos y apuntar siempre al mismo objetivo: desestabilizar. En Estados Unidos, grupos radicales que ayer protestaban contra las deportaciones de ICE y antes coreaban consignas pro-Hamas, hoy ondean con fervor la bandera del régimen iraní, dispuestos a defender la teocracia de Teherán en nombre de la “resistencia”.
La lista de organizaciones es conocida: el Partido por el Socialismo y la Liberación, la coalición ANSWER, ramas de Black Lives Matter como BLM LA, Code Pink, Samidoun y el Movimiento Juvenil Palestino, entre otras. Sus causas cambian de semana en semana; de Gaza a los operativos de ICE, de allí a la “solidaridad” con Irán, pero el propósito es constante: socavar los cimientos del sistema occidental.
Esta red no es nueva. Desde las protestas contra la guerra de Irak y las revueltas antiglobalización de Seattle en 1999, pasando por Occupy Wall Street y los disturbios tras las muertes de Michael Brown y George Floyd, los mismos actores reaparecen bajo distintos estandartes. Hoy, la crisis en Medio Oriente les brinda un nuevo motivo para tomar las calles.
Samidoun, por ejemplo, ha sido señalada por agencias occidentales como pantalla del Frente Popular para la Liberación de Palestina, un grupo terrorista secular marxista-leninista. Aun así, no duda en respaldar a un régimen como el iraní, carente de aliados y siempre ávido de apoyos externos para sus causas. “Irán es atacado porque está con Palestina y la resistencia”, proclamó Samidoun tras el inicio de los bombardeos israelíes sobre objetivos militares en Irán.
Este tejido de alianzas no se limita a la causa palestina. Sus hilos llegan a movimientos comunistas en África, redes financiadas por fundaciones como Open Society o Tides Foundation, y estructuras como la Alianza por la Justicia Global (AFGJ, por sus siglas en inglés), heredera directa del viejo Nicaragua Network que en los 80 respondía a los Sandinistas. ¿Su consigna? Cambiar el gobierno de Estados Unidos desde dentro.
Así se explica cómo estos grupos saltan de una bandera a otra: ICE, Gaza, Irán, mañana quizás otra crisis que sirva de pretexto.



