Originalmente utilizada como anestésico y luego como droga recreativa, la ketamina ha ganado popularidad en el ámbito de la salud mental.
En el mundo de alto rendimiento empresarial, el estrés, el aislamiento y el agotamiento son moneda corriente. Ante la falta de respuestas en los métodos tradicionales, algunos ejecutivos recurren a retiros asistidos con ketamina, experiencias diseñadas para generar un cambio psicológico a través de viajes psicodélicos controlados.
Originalmente utilizada como anestésico y luego como droga recreativa, la ketamina ha ganado popularidad en el ámbito de la salud mental por su capacidad de aumentar temporalmente la neuroplasticidad, permitiendo a los participantes salir de patrones mentales rígidos. Aunque la investigación sobre sus efectos a largo plazo sigue en curso, estos retiros la presentan como una herramienta para la reflexión, el desbloqueo emocional y la transformación del liderazgo.
A diferencia de los retiros de bienestar convencionales, estos encuentros son íntimos y altamente estructurados, reuniendo a pequeños grupos de ejecutivos, fundadores de startups y líderes corporativos. Antes de participar, cada asistente pasa por un proceso de evaluación médica para descartar condiciones que contraindiquen el uso de ketamina, como la esquizofrenia o el abuso severo de sustancias.
Durante tres días, los asistentes atraviesan sesiones guiadas de ketamina, con dosis progresivas que profundizan la introspección. El ambiente es cuidadosamente diseñado para generar calma y seguridad, con iluminación tenue, mantas suaves y objetos personales significativos como diarios, fotografías o amuletos. Algunos lo describen como una “pijamada psicodélica para ejecutivos”, donde la estructura del entorno permite la exploración emocional sin perder el sentido de control.
El proceso inicia con una ceremonia de establecimiento de intenciones, seguida por una primera sesión con dosis baja de ketamina para familiarizar a los participantes con la experiencia. En el segundo día, la dosis aumenta, permitiendo una exploración emocional más profunda. En todo momento, facilitadores capacitados supervisan y apoyan a los asistentes, asegurando que cualquier respuesta emocional intensa, como ansiedad o traumas emergentes, se maneje de manera cuidadosa.
Los participantes suelen experimentar un cambio de perspectiva: muchos llegan sintiéndose mentalmente bloqueados, emocionalmente desconectados o ajenos a su propio cuerpo. El último día se centra en la integración y el coaching, ayudando a traducir sus experiencias en herramientas prácticas para la vida cotidiana y el liderazgo. Una sesión de seguimiento virtual refuerza estos aprendizajes en las semanas siguientes.
A pesar del entusiasmo en torno a estas experiencias, la ketamina no es una solución universal. Si bien estudios sugieren que puede aliviar la depresión y la ansiedad, su potencial de abuso y dependencia sigue siendo un tema de preocupación. Los organizadores de estos retiros enfatizan la importancia del consentimiento, la moderación y la autoconciencia, reconociendo que la ketamina es solo una herramienta, no una solución definitiva.
A medida que estas prácticas ganan terreno entre los profesionales de alto rendimiento, el debate sobre el papel de los psicodélicos en la salud mental sigue evolucionando. Ya sea vista como una terapia innovadora o un experimento arriesgado, la ketamina está redefiniendo la manera en que los líderes enfrentan el estrés, el autodescubrimiento y el crecimiento personal.



