El origen del escándalo se remonta a un memorando filtrado de un exasesor independiente de estándares editoriales que criticaba no solo la edición del discurso de Trump.
La crisis que enfrenta la BBC por la manipulación de un discurso de Donald Trump no solo ha sacudido su reputación editorial. También ha desencadenado una batalla con el presidente, quien exige una compensación astronómica que la cadena británica se niega frontalmente a pagar.
El conflicto estalló después de que un episodio de Panorama revelara una edición del discurso del 6 de enero de 2021 en la que se empalmaron frases pronunciadas con casi una hora de diferencia. El montaje daba la impresión de que Trump había llamado directamente a la violencia antes del asalto al Capitolio. La controversia ya les costó el cargo al director general Tim Davie y a la jefa de noticias Deborah Turness, dos de las figuras más poderosas de la corporación.
Tras días de tensión, la BBC envió una carta a los abogados de Trump y otra directamente a la Casa Blanca. En ellas, el presidente del organismo, Samir Shah, ofrece disculpas personales por la edición del video y confirma que el documental no volverá a emitirse. La admisión de error, sin embargo, tiene un límite. El medio rechaza rotundamente que exista base para una demanda por difamación y descarta cualquier tipo de compensación económica.
La cadena sostiene que el clip fue editado para acortar un discurso extenso y que no hubo intención maliciosa. También argumenta que el documental solo se transmitió en el Reino Unido, que el episodio representa doce segundos dentro de una hora de contenido equilibrado y que Trump no sufrió daño alguno. De hecho, recuerdan que fue reelegido poco después. Con estos elementos, la corporación considera que tiene una defensa sólida contra cualquier litigio, incluso si Trump decide acudir a un tribunal de Florida, donde las leyes de difamación imponen estándares altos para probar perjuicio.
El asunto tomó una dimensión mayor cuando el Daily Telegraph reveló que un programa de Newsnight había realizado una edición similar en 2022, nuevamente empalmando partes separadas del discurso. El descubrimiento alimentó acusaciones de un patrón de distorsión y obligó a la BBC a anunciar una revisión interna adicional.
El origen del escándalo se remonta a un memorando filtrado de un exasesor independiente de estándares editoriales que criticaba no solo la edición del discurso de Trump, sino también otros temas sensibles dentro de la cobertura del medio. Aunque la BBC ha negado cualquier sesgo sistémico, la presión política continúa creciendo. Desde Londres, el líder liberal demócrata Ed Davey pidió al primer ministro Keir Starmer intervenir y denunció lo que calificó como una ofensiva de Trump para desacreditar a la prensa pública británica.
Mientras la cadena intenta contener el daño reputacional y reforzar sus mecanismos editoriales, el presidente Trump evalúa su próximo movimiento. Lo único seguro es que, aun con disculpas sobre la mesa, el conflicto entre Trump y la BBC puede está lejos de concluir.



