La Casa Blanca interviene ante el fracaso de líderes de California para controlar el caos migratorio

Más de una docena de personas fueron detenidas por obstruir operaciones federales.

Una nueva ola de tensiones estalló en el condado de Los Ángeles tras una serie de operativos migratorios federales que provocaron enfrentamientos entre agentes y manifestantes. El gobierno federal ha desplegado 2,000 elementos de la Guardia Nacional en la región.

Todo comenzó el viernes por la noche, cuando una operación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en el distrito de la moda derivó en choques callejeros. El sábado, las protestas escalaron: hubo piedras, fuegos artificiales y vehículos incendiados, mientras agentes con equipo antidisturbios lanzaban gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.

El director interino de ICE, Tom Homan, confirmó la activación de la Guardia Nacional y afirmó que la agencia continuará con su labor. Desde el Pentágono, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, advirtió que, de ser necesario, tropas activas de Camp Pendleton también podrían ser desplegadas.

Las imágenes más virales del fin de semana mostraron autobuses federales bloqueados, banderas extranjeras ondeando mientras el humo de los gases lacrimógenos llenaba el aire. Más de una docena de personas fueron detenidas por obstruir operaciones federales.

La alcaldesa Karen Bass condenó la violencia, pero también criticó las redadas por generar “terror en nuestras comunidades”. Por su parte, el gobernador Gavin Newsom acusó al gobierno federal de “sembrar caos para justificar su escalada”. La respuesta del presidente Donald Trump no tardó en llegar: escribió que, si los líderes estatales “no pueden hacer su trabajo”, el gobierno federal se hará cargo.

Desde el DHS, la subsecretaria Tricia McLaughlin culpó a la “hostilidad política contra las leyes migratorias” por los disturbios, y pidió a las autoridades locales que frenen los ataques contra los agentes. Según el reporte oficial, las redadas recientes resultaron en el arresto de 118 personas sin documentos, incluyendo presuntos pandilleros y personas con antecedentes por delitos graves. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por su siglas en inglés) denunció que entre los detenidos también había menores de edad.

Mientras tanto, el Departamento de Policía de Los Ángeles no ha respondido a preguntas sobre su participación ni sobre los tiempos de respuesta durante los operativos. Las autoridades federales aseguran que los ataques contra agentes de ICE se han multiplicado por cinco desde que Trump volvió a la Casa Blanca en enero.

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