Aunque ha liderado las encuestas, tiene por delante un trabajo por hacer para establecerse como candidato de la clase trabajadora de la ciudad.
La euforia en torno a la candidatura del demócrata Zohran Mamdani en la contienda por la alcaldía de Nueva York oculta, según varios analistas, riesgos que van más allá del entusiasmo de los votantes jóvenes. Por ello, muchos creen que no necesariamente sería una buena idea que llegara a la alcaldía.
Un punto recurrente es la polarización ideológica que representa. Mamdani se define como socialista demócrata, lo que ya ha generado alarma en ciertos sectores del partido Demócrata y en el mundo empresarial. Tal etiquetación puede dar munición al bloque opuesto para presentarlo como extremista, lo que, en una ciudad como Nueva York, vital para inversiones, turismo y las finanzas, podría generar inseguridad en los mercados o fuga de capitales.Además, su retórica sobre asuntos internacionales ha sido señalada como generadora de tensiones con comunidades judías y otros grupos étnicos que juegan un rol central en la ciudad. Un medio informa que su victoria en la primaria provocó “una estampida de panfletos editoriales advirtiendo a los neoyorquinos que no lo pusieran en la boleta”. Esta dinámica hace pensar que no sólo hay resistencia desde el establishment, sino desde segmentos clave de la opinión pública.
También se subraya la cuestión de la coalición electoral. Si bien Mamdani movilizó el voto progresista y joven, algunos registros indican que aún tiene déficit entre votantes tradicionales o barrios más moderados. Aunque ha liderado las encuestas, tiene por delante un trabajo por hacer para establecerse como candidato de la clase trabajadora de la ciudad. Si esa base no se amplía su margen de maniobra podría ser reducido y vulnerable.
Finalmente, el problema también es pragmático: ¿qué pasa si las medidas no se implementan o encuentran obstáculos enormes? Los analistas recuerdan que prometer transporte gratuito, congelamiento de rentas y supermercados municipales está muy bien en campaña, pero una vez en el gobierno los conflictos con sindicatos, legislaturas estatales, inversores privados y agencias públicas pueden convertir la agenda en fuego de artificio.
Como escribió un experto en un artículo sobre el congelamiento de rentas: “no se basa en sentimientos o tendencias, estamos revisando informes y testimonio público, y me queda claro que esto no es simplemente un farol técnico”. En un contexto donde la ciudad enfrenta altos costes operativos, déficits y desafíos de vivienda y transporte, un fallo de gestión o incumplimiento puede generar un retroceso político severo.
En definitiva: la candidatura de Mamdani despierta simpatías, pero muchos analistas advierten que el entusiasmo debe calibrarse frente a la realidad del gobierno municipal, la articulación de coaliciones amplias y la gestión del riesgo político-económico. Por eso, creen que su victoria, en este momento, podría no ser la mejor idea para la ciudad.
