El contexto inmediato es un cierre parcial del Gobierno que ya se prolonga semanas, y que ha dejado sin financiamiento a programas clave.
El presidente Donald Trump se reunió con un grupo de senadores republicanos para impulsar una medida drástica: eliminar el filibusterismo, el mecanismo que permite a la minoría bloquear legislación en el Senado, con el objetivo de poner fin al cierre parcial del Gobierno. Según testigos de la reunión, Trump presentó un discurso: “si no eliminamos el filibusterismo, no vamos a aprobar nada en tres o cuatro años”, resumió el senador Tommy Tuberville. El argumento central era que con la mayoría republicana de 53 escaños resulta inviable alcanzar los 60 votos que hoy bloquean la mayoría de la legislación.
El filibusterismo es una tradición del Senado que permite al debate prolongarse indefinidamente o mediante tácticas dilatorias, hasta que al menos 60 senadores voten a favor de terminar el debate Si se eliminara, bastaría una mayoría simple (51 votos) para aprobar la mayoría de los proyectos legislativos, lo que, permitiría desbloquear el presupuesto, reformar las leyes de voto y aplicar controles electorales sin depender de votos demócratas.
Entre quienes apoyan la medida argumentan que el país “no está funcionando”, que la deuda federal ya alcanza los 38 billones de dólares, y que hace falta darle a Trump “la oportunidad de salvar este país”. El senador sostiene que los votantes dieron su mandato, y que los demócratas intentarán obstaculizar todo lo que puedan. Sin embargo, el líder de la mayoría en el Senado, John Thune, dejó claro que “la matemática no da” para eliminar el filibusterismo.
El contexto inmediato es un cierre parcial del Gobierno que ya se prolonga semanas, y que ha dejado sin financiamiento a programas clave, desatando críticas desde todos los frentes. Trump señaló que lideres extranjeros le preguntaban por qué los republicanos “permitían que los demócratas detuvieran al Gobierno”. Las críticas apuntan al modo en que la negociación presupuestaria se ha convertido en una batalla política, mientras miles de trabajadores federales siguen sin paga o programa.
Pero la propuesta de acabar con el filibusterismo también levanta advertencias: expertos y algunos senadores argumentan que se trata de un cambio de gran envergadura que podría perjudicar el equilibrio del Senado y abrir la puerta a decisiones más extremas en el futuro. Además, eliminar ese mecanismo clásico podría generar efectos imprevistos para los republicanos cuando estén en minoría.
En resumen, la propuesta de Trump para eliminar el filibusterismo del Senado representa una apuesta política y estratégica de alto riesgo: busca convertir la mayoría republicana en mayoría legislativa plena, pero se enfrenta a un muro interno, a las “reglas del juego” tradicionales del Senado y a una opinión pública cada vez más crítica frente al cierre gubernamental. De implementarse, marcaría un antes y un después en el funcionamiento de la Cámara Alta; de no hacerlo, el bloqueo presupuestario y legislativo podría prolongarse.



